Emigrar y Regresar: Cómo Planear un Nuevo Comienzo con Éxito

Volver a Tu País por Mejores Oportunidades

Pascal y familia sonrientes en Machu Picchu, disfrutando de la vista panorámica de las antiguas ruinas incas y las montañas andinas

Una Decisión Difícil Pero Recompensada

Mi nombre es Pascal Aarts. Hace dos meses regresé a mi país natal, los Países Bajos, por estudios y en busca de mejores oportunidades.

Mi Historia: Entre Dos Culturas

Provengo de una familia con padre holandés y madre peruana. Nací aquí, pero a los 4 años mi familia decidió emigrar a Perú por diversos motivos, entre ellos, para que mi madre pudiera desarrollar su carrera profesional después de haberlo intentado en los Países Bajos en áreas diferentes a su formación. Ella se reinventó de manera muy valiente y también fue una voluntaria muy activa en el Centro Latinoamericano de Orientación.

Pasé las mejores experiencias de mi vida en Perú y parecía que todo estaba destinado a una larga vida allí. Sin embargo, la idea de una posible vuelta al país que me vio nacer nunca desapareció por completo.

Tomar la Decisión: ¿Quedarme o Regresar?

Las comparaciones sobre la calidad de vida y las oportunidades de estudio eran constantes, y después de terminar la secundaria, me vi obligado a tomar una decisión: ¿quedarme o aceptar el difícil reto de empezar una nueva vida en mi país natal?

Tras escuchar consejos y opiniones tanto positivas como negativas sobre ambas opciones y pensarlo mucho, decidí cruzar el Pacífico y buscar el éxito en los Países Bajos. Así comenzaba un nuevo desafío y un futuro incierto.

Dejarlo Todo Atrás

La decisión no fue fácil. Dejar Perú implicaba también dejar atrás mi niñez, mi adolescencia, mis amigos, mi familia, mis privilegios y mi zona de confort, a la que tanto me había aferrado y de la que tanto había disfrutado.

Después de risas, lágrimas y despedidas, el 20 de enero de 2025 llegó y, con 18 años, inicié mi nueva vida en los Países Bajos. Junto con esta nueva etapa también vinieron nuevos desafíos.

Los Primeros Retos

El hecho de adaptarme a una sociedad diferente y tener que ajustarme a su cultura, aunque en parte formaba parte de mis raíces y de la educación que recibí de mi madre, me aterraba. La idea de vivir en otro idioma era abrumadora, y la cantidad de trámites burocráticos parecía interminable. A esto se sumaban mil pensamientos que rondaban por mi cabeza, pero, a pesar de todo, nunca perdí la ilusión de que todo valdría la pena.

Sin duda, una de las cosas que me daba tranquilidad era saber que contaba con el C.L.O. (Centro Latinoamericano de Orientación). Como mi madre es una de las fundadoras, era consciente de que, ante cualquier bajón anímico, podía acudir a ellos, así como el C.L.O. había ayudado a mi familia en el pasado.

Reflexión: ¿Valió la Pena?

Llevo aproximadamente dos meses en este país y, aunque los retos han sido desgastantes, siento que mi vida no podría ir en mejor rumbo. Siempre habrá obstáculos en el camino, pero tengo claro que siempre encontraré las herramientas para superarlos. Hoy más que nunca estoy seguro de que tomé la decisión acertada y de que, a pesar de las dificultades, siempre se puede salir adelante si uno se lo propone.

Un Consejo para Quienes Están en la Misma Situación

Compartir mi historia no tiene otro propósito que inspirar a aquellas personas, jóvenes o adultas, que, como yo, se encuentran en la disyuntiva de si volver o no a los Países Bajos. Lo único que puedo recomendarles es que este país ofrece oportunidades que la gran mayoría de otros países no tienen. Como futuro estudiante o trabajador, no tengas miedo de regresar al país que te vio nacer. Y, sobre todo, ten en cuenta que la vuelta no es un pequeño paso: es un plan de vida.

Un Dato Curioso

Por cierto, como dato curioso de mi vida, tengo un hermano gemelo.


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